Case Studies

Cuerpo extraño -cuentos de terror

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Al despertarse se encontró a si mismo sentado sobre la cama, al parecer mirando hacia un punto fijo, pudo haberse asustado entonces, sin embargo, su atención estaba centrada en algo más, pues no reconocía el lugar donde estaba, aunque sabía que era su cuarto; tampoco su cuerpo le era familiar, se miraba las manos, las veía de nuevo, y aunque eran iguales que siempre, él sentía que ese cuerpo era extraño, incluso la mujer que le acompañaba desde hace diez años le parecía desconocida a la vista, pero un sentimiento de apego hacia ella le incitaba a confiar y contarle lo que pasaba, aunque la mañana siguiente el hombre olvidaba todo.

Para mostrarle lo que estaba pasando las últimas noches, ella sugirió poner una cámara, y así lo hicieron. Puntualmente a las 3:30 am él estaba ya sentado, desconociendo todo lo que le rodeaba, y realizando la misma rutina.

Su esposa estaba tan ansiosa de mostrarle lo que ocurría, que solo pudo esperar a que el hombre posara su cabeza en la almohada de nuevo para despertarlo y mostrarle el video.

Fueron a la sala de estar, corrieron la filmación, y en un par de minutos también corrieron ellos, no quisieron mirar atrás, ni siquiera volver por sus cosas, el impacto de ver un grupo de figuras grisáceas, acercando extraños objetos mientras se paseaban alrededor de la cama, fue más de lo que podían soportar, mientras unos armaban y desarmaban sus cuerpos en cuestión de segundos, como si estuviese jugando con un cara de papa, otros tomaban cosas de la habitación, las reemplazaban con una materia viscosa y en cuestión de segundos esta tomaba la apariencia del objeto sustraído.

El terror de saberse pieza de experimentación les carcomía las entrañas, no sabían a donde ir, ni que hacer, pero cualquier cosa que decidieran estaba de más…una luz en el cielo les seguía discretamente desde que ellos salieron de casa.

Tres paso en la oscuridad -cuentos de terror

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Se encontraba ahí parado en medio de la nada, con el resplandor de la ciudad a sus espaldas, y la oscuridad más negra que había visto jamás frente a él, por ambos lados le rodeaban sus vecinos, una docena de chicos que le retaron a cruzar aquella zona tenebrosa como iniciación antes de unirse al grupo, según sus palabras, todos en su momento se enfrentaron a lo mismo, sin embargo, era una mentira, ninguno de ellos había pisado las cercanías de ese sitio ni siquiera de día.

La gente decía que ahí vivía un viejo loco, un ermitaño que gustaba de echar plomazos a quien se acercase, y a propósito había sembrado ahí arboles tan densos que no dejaban pasar un rayo de luz ni en los días más soleados, pero nuevamente una mentira se asomaba, pues el lugar en si tenía algo extraño, la pesadez que se posaba sobre los hombros tan solo al acercarse, la sensación de ser acechado, y el miedo… el miedo que se sentía no era de este mundo.

El chico nuevo estaba exento de estas historias, pero no del efecto que provocaba aquel oscuro lugar, en el cual solo tenía que adentrarse tres pasos para obtener reconocimiento y aprobación de las personas que formaban su mundo entonces.

Solo tres pasos para demostrar su valía, solo tres simples pasos dentro de la oscuridad profunda…pero no hubo oportunidad de que diera solo uno, una súbita y agitada respiración los puso en alerta, después solo gritos, gritos y gritos llenos de terror que se fueron ahogando en la oscuridad.

Nadie se atrevió a dar esos tres simples pasos para salvarlo, para saber lo que ocurría, pero tienen muy claro que aquello que se lo llevó esa noche no era un viejo ermitaño, pues los viejos ermitaños no tienen cuernos, ni dejan pezuñas marcadas en el suelo.

El Brazalete Rojo - cuentos de terror

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Cuando se admite a alguien en un hospital, se le coloca un brazalete de plástico blanco con su nombre y datos impresos en él. Existen otros colores de brazaletes, y cada uno tiene su significado. Los brazaletes rojos, por ejemplo, se le colocan sólo a la gente ya fallecida.

Un experimentado cirujano del hospital había terminado su turno y estaba listo para retirarse a casa a descansar, el turno de noche era de por si pesado y además recién había terminado de operar a un paciente, y se sentía muy cansado, casi arrastrando los pasos se disponía a bajar al estacionamiento, pues estaba en el cuarto piso. El elevador estaba tardando así que se recargó en la pared mientras esperaba, pues ir por las escaleras no le parecía muy buen idea en ese momento.

Al finalizar su espera se metió al elevador con rapidez, y un enorme gusto, se recargó de nuevo en la pared después de darle las buenas noches a una joven que venía ya en la cabina. Estando los dos solos, él continuo a plática de forma casual a la señorita mientras el elevador bajaba.

De pronto el elevador se detuvo en un piso, las puertas se abrieron y una mujer quiso subir con ellos, pero el doctor rápidamente presionó el botón para cerrar las puertas y al azar cualquier otro que los llevaba hasta el último piso.

La chica que lo acompañaba se sorprendió demasiado, y no perdió tiempo para expresar su desacuerdo, diciendo que eso había sido bastante grosero y con una mueca de desaprobación le preguntó: – ¿Porque le cerró la puerta a aquella mujer? – el médico con la cara muy pálida y las manos temblorosas contesto: -Es la mujer que acabo de operar, por desgracia murió en la sala de operaciones… ¿No vio usted el brazalete rojo que llevaba puesto? – La joven le sonrió mientras alzaba la mano diciendo: – ¿uno igual a éste? -.

La Marca del Diablo - cuentos de terror

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Hay cosas que superan nuestro conocimiento, causando que algunos vean como juego, todo aquello que esta más allá de este mundo. Tal es el caso de este par de hermanos, que a manera de broma intentando probar quien era el más cobarde de los dos, hicieron una Ouija casera, por supuesto uno de ellos era bastante miedoso con respecto a los espíritus, pero tras la presión de su hermano terminó por acceder.

Esa misma noche cuando sus padres se marcharon, comenzaron con su travesura, con sus dedos sobre un vaso hacían las típicas preguntas de novatos: -¿Hay alguien ahí?, ¿Alguien quiere jugar con nosotros?- decía el más atrevido de los chicos, mientras el otro miraba nervioso, que el vaso parecía cobrar vida deslizándose rápidamente sobre el tablero -¿Quién eres?- insistía el niño, -E*L**D*I*A*B*L*O- se deletreó rápidamente, el pequeño mas miedoso saltó asustado gritando desconsolado, pero sus dedos parecían estar pegados al vaso que continuaba moviéndose para responder a las preguntas de su hermano, -¿Estás aquí? ?-,-¡Manifiéstate!, los dos soltaron el vaso como pudieron y saltaron a abrazarse cuando un humo denso llenó la habitación, materializando después una horrible cara demoniaca frente a ellos que lanzaba risas malévolas .

Por fortuna para los pequeños la niñera a su cargo había escuchado la escandalera y fue hasta allá a socorrerlos, el humo se recogió al escucharla abrir la puerta, dejando atrás un par de chicos asustados.

Le contaron a la joven todo lo sucedido, cualquier otra persona no les hubiese creído, pero ella había sido enviada desde más arriba para cuidarlos.

Ahora pasa cada momento siguiendo a los chicos donde vayan, vigilando, pues esa noche los niños obtuvieron una marca en su cabeza, una quemadura «666» dice, anunciando que ahora le pertenecen al Diablo.

No perdonaré jamás - cuentos de terror

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Un día Silvia apareció en la casa de Melissa para pedir ayuda, a pesar de ser hermanas, no se habían visto en 15 años, desde que Melissa se convirtió en empresaria y rompió lazos con su familia de origen humilde. Probablemente tiempo atrás Silvia no habría sido bien recibida en aquella casa, pero en esta ocasión llevaba en sus brazos una bebé y le permitieron la entrada.

Silvia compartió la trágica historia que la llevó hasta ahí, y al terminar su cuñado le ofreció comprarle la bebé, pues ellos habían fracasado por más de 10 años al intentar tener un hijo.

Aunque la pasaba muy mal Silvia se negó, tomó a su hija en brazos para salir, pero; su propia hermana le clavó un cuchillo por la espalda, después fue enterrada en el jardín y más tarde colocaron encima una casa de juegos para cuando creciera la niña.

Semanas después, mientras atendían a la bebé, escucharon ruidos en el jardín, la puerta de la casita se azotaba aunque esa noche no corría el viento, salieron a ver y se cerró de repente cuando los dos estuvieron frente a ella; luego se abrió lentamente acompañada de un fuerte rechinido… el silencio se tornó absoluto y mientras se iban apagando las luces de alrededor, la pequeña casa crujía, temblaba como si tratara de despegarse del suelo y salir corriendo tras ellos.

Volvieron a la casa de inmediato, y sobre la mesa encontraron un mensaje escrito con sangre que decía: -¡No perdonaré jamás!- y a su lado el cuchillo que habían dejado clavado en la espalda de Silvia.

La niña en la acera - cuentos de terror

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Una pareja vuelve a casa en medio de la noche, después de pasear a su perro. Caminan entre calles y callejones pobremente iluminados, y al dar vuelta en una esquina, ven frente a ellos un par de bultos tirados. Se acercan para dar un vistazo y encuentran una mujer muerta, con la garganta cortada y en sus brazos una pequeña ensangrentada.

La niña estaba muy pálida, pero no se apreciaba en ella alguna herida, pensaban que probablemente sufría hipotermia, pues era una noche fría. En una decisión apresurada el hombre la envuelve en su chaqueta y la toma entre sus brazos, mientras su esposa intenta contactar al servicio de emergencias.

Pero, la batería del celular estaba muriendo y no pudieron completar la llamada, así que corren hasta su casa, para pedir ayuda desde ahí o tomar el auto para llevarla al hospital.

En su frenética carrera de pronto el hombre se detiene, al parecer cansado, porque cae de rodillas al suelo, un charco de sangre rodea su cuerpo, su cara palidece, y en un momento suelta a la pequeña dejando al descubierto una terrible herida en su abdomen.

Lo que acurrucaba en sus brazos no era simplemente una niña, sino un engendro maligno, que intentó comérselo vivo, mordiéndole las entrañas. La pequeña se quita la chaqueta de encima, sus ojos son más oscuros que la noche, y sonríe tétrica mente mostrando sus múltiples hileras de afilados colmillos, y agitando sus sucias garras las clava en el pecho de la mujer.

Más de 10 muertos en la misma semana, en condiciones similares, la policía no dijo nada convincente, pero la gente en las calles rumoreaba que se trataba del espíritu de una pequeña que arrojaron al basurero, y andaba buscando venganza, por aquel hecho.

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