La ansiedad es un mecanismo de defensa, es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes, todas las personas la experimentan es parte del ser humano. La función de la ansiedad es movilizar al organismo, mantenerlo alerta, activo con la disponibilidad de intervenir frente a los riesgos o amenazas.
La ansiedad es la capacidad de anticipación, respuesta y acción para enfrentar alguna amenaza o peligro, es decir la ansiedad provoca una acción o empuja a una acción, como huir, atacar, neutralizar, afrontar, adaptarse etc. A la situación que causa esta percepción de peligro o amenaza.
La ansiedad es un mecanismo natural de defensa, pero puede ser muy perjudicial según la percepción del peligro; es decir si es una amenaza real puede llegar a ser beneficiosa, pero si no lo es puede producir problemas de salud, alterar los mecanismos de control, ser obstáculo para lograr las metas, y desarrollo personal
Aunque la ansiedad es un mecanismo que esta presente en todas las personas, en algunos caos puede ser incrementada, debido a factores como:
Factores predisposiciones
Factores biológicos, algunos de ellos genéticos
Factores de personalidad. Patrones de afrontamiento del estrés. Estilo de vida
Factores ambientales. Aprendizaje. Contextos y apoyos sociales
Factores activadores o desencadenantes
Situaciones o acontecimientos que son vividos como desbordantes de nuestros recursos
Acontecimientos vitales de consecuencias graves o que exigen importantes esfuerzos adaptativos.
Obstáculos para conseguir logros o que limitan nuestra capacidad para alcanzarlos o mantenerlos
Consumo de estimulantes u otras drogas
Factores de mantenimiento, ligados a la gestión de la propia ansiedad
El “miedo al miedo”
La pérdida de condiciones o facultades, por la propia ansiedad, que dificultan el afrontamiento de los problemas
Soluciones intentadas que resultan contraproducentes
La problematización de áreas inicialmente no conflictivas, como consecuencia de la propia ansiedad
Afrontamiento insuficiente o erróneo de los problemas origen de la ansiedad.
El establecimiento de mecanismos fóbicos
Un ataque de ansiedad suele implicar el temor de que ocurra alguna cosa o problema específico o tal vez una preocupación por lo que ocurra en el futuro.
Los síntomas incluyen preocupación, intranquilidad y posiblemente síntomas físicos, como cambios en la frecuencia cardíaca.
La ansiedad es diferente de un ataque de pánico, pero puede presentarse como parte de un trastorno de ansiedad o pánico.
Es normal sentirse nervioso en algunas situaciones sociales. Por ejemplo, tener una cita o dar una presentación pueden causar esa sensación de tener mariposas en el estómago. Pero en el trastorno de ansiedad social, también llamado «fobia social», las interacciones de todos los días causan muchísima ansiedad, temor, inseguridad y vergüenza por miedo al escrutinio o la opinión de los demás.
En el trastorno de ansiedad social, el miedo y la ansiedad provocan una evasión que puede alterar la vida. El estrés intenso puede afectar la rutina diaria, el trabajo, el estudio u otras actividades.
El trastorno de ansiedad social es una afección crónica de salud mental, pero aprender a hacer frente a desafíos o situaciones en sesiones de psicoterapia y tomar medicamentos puede ayudarte a ganar confianza, así como a mejorar tu capacidad para interactuar con los demás.
La ansiedad, en ocasiones, es parte normal de la vida. Todos nos preocupamos por cosas como los problemas de salud, dinero o los problemas familiares. Sin embargo, las personas con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan extremadamente o se sienten muy nerviosas por éstas y muchas otras cosas, incluso cuando hay poca o ninguna razón para preocuparse. No les es fácil a las personas con el trastorno de ansiedad generalizada controlar su ansiedad y mantenerse concentradas en las actividades diarias.
Lo bueno es que el trastorno de ansiedad generalizada se puede tratar. Llame a su médico y cuéntele los síntomas que tiene para que pueda ayudarle a sentirse mejor.
Tanto la ansiedad como la depresión son formas de reaccionar ante eventos externos o internos: si ese evento lo interpretamos como una amenaza, se disparará nuestro sistema de alerta o ansiedad, mientras que, si lo percibimos como una pérdida o fallo, es probable que se active el sistema de conservación de energía que dará lugar a la depresión.
Miedo o tristeza
En términos generales, la ansiedad es una emoción que aparece cuando el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. El miedo es el sentimiento prevalente. En el caso de la depresión, el sentimiento preponderante es la tristeza.
Cuadro clínico
La ansiedad se manifiesta en forma de varios desajustes a nivel cognitivo y psicofisiológico. Sus síntomas más frecuentes son: dolor abdominal, diarrea o necesidad frecuente de orinar, mareos, cefaleas, tensión muscular, respiración agitada, frecuencia cardiaca rápida e irregular, sudoración, temblores, fatiga, irritabilidad y problemas de insomnio. Por el contrario, los estados depresivos conllevan sentimientos de culpa o falta de autoestima, cambios drásticos en el apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. También pueden ocasionar trastornos del sueño.
Futuro o presente
La ansiedad se relaciona con la prevención del paciente respecto al futuro, con un temor a que se produzcan las consecuencias desagradables que se presuponen van a suceder. La depresión, por el contrario, tiene que ver con una minusvaloración del propio paciente y una tristeza profunda en el momento presente. Dicho de otra manera: el futuro no forma parte de la depresión.
Variaciones en un mismo día
En la ansiedad no hay variaciones de estado a lo largo del día (salvo en algunos casos profundos, donde los pacientes suelen sentirse peor al despertarse y a primeras horas del día) ni de las diferentes estaciones del año. Estas alteraciones sí se producen en pacientes deprimidos.
Capacidad de disfrute
En el trastorno de ansiedad no se ve necesariamente afectada la pérdida del disfrute o placer, tal y como sucede en la depresión.
Factores psicológicos o externos
Mientras que el origen de la depresión suele ser de índole psicológica, las causas que provocan la ansiedad son más variadas: sustancias como el alcohol, los broncodilatadores o drogas como la cocaína o la marihuana son claros detonadores de este tipo de trastornos. Una dieta deficiente (por ejemplo, niveles bajos de vitamina B12) también puede contribuir al estrés o a la ansiedad. En casos muy poco comunes, un tumor de la glándula suprarrenal puede causar ansiedad o síntomas similares al estrés.