Escribo porque no tengo nada mejor que hacer, porque necesito que sepan la verdad y porque es lo único que él me deja hacer. Lo que ocurrió es tan bizarro, paranormal e ilógico que no podría imaginar que mucha gente crea lo que estoy por contar.
Soy un escritor de una editorial muy exigente, justo había terminado una buen libro de auto superación, pero tenía errores y me habían obligado a corregirlos para entregarlo de nuevo una semana después.
Siempre fui un amante de los animales y no estoy en mi ciudad natal, vine porque en esta ciudad esta el plantel principal de la editorial, solo estoy de viaje y vengo de lejos, no pude traer mis mascotas por lo largo del viaje. Estoy en un pequeño departamento sin compañía. Iba directo a una tienda de mascotas para conseguir un compañero temporal, para no sentirme solo mientras estaba encerrado arreglando los pequeños errores del libro. En camino hacia el lugar, me tope con un gato que no tenía ojos. Extrañamente no me dio miedo, incluso me dio lástima, así que decidí tomarlo.
Justo ahora me arrepiento de haberlo hecho.
Lo llevé a revisar a un veterinario para ver que no tuviera algo grave, solo tenía una pequeña infección en la pierna, pero apenas estaba emergiendo, así que fue fácil erradicarla. En la sala del veterinario era fácil notar que yo era el único al que no le daba asco la situación del gato, nunca le puse nombre, tanto porque no me dio tiempo, como que todavía no me quería encariñar tanto con el.
Una vez en casa lo dejé que jugara libre por el apartamento. A pesar de estar ciego parecía saber exactamente donde estaba y como moverse por el lugar, no me pareció extraño, solo pensaba en lo prepotente que se habría de sentir el pobre animal.
Mientras él jugaba, yo comencé a corregir los primeros errores del libro en mi laptop. Inmediatamente me fui a dormir, todo normal, fue a la mañana siguiente cuando todo comenzó.
Créanme o no, cuando desperté, había frente a mi (yo volteando directamente al techo) un hombre viéndome a los ojos, parado a un lado de mi cama, o eso creía que hacía, pues ese hombre no tenia ojos con que verme, solo veía un par de cuencas vacías. Grité como cualquier persona normal lo haría, estaba paralizado, en eso el hombre se deja caer al piso para andar a cuatro patas, se acurruca en una esquina, saca de su bolsa una libreta con una pluma y comienza a escribir.
Tuve la fuerza de levantar la cabeza, el hombre no reaccionó, poco a poco me levanté, aprovechando lo concentrado que estaba él en su libreta, me acerqué a la puerta y la intenté abrir. Tenía algo abajo que lo atoraba; intenté sacarlo, cada vez con más desesperación y sin ningún efecto positivo.
Me acerqué a la ventana, estaba tapizada de mucho papel de libreta, era la base en la que había comenzado a escribir mi libro, apenas pocos rayos de luz entraban, lo suficiente para iluminar la habitación. Intenté quitarlos pero parecían estar perfectamente aferrados a la ventana, la golpeé sin un buen resultado.
Volteé y desde su esquina el hombre me estaba observando fijamente, con la fuerte oscuridad interna de sus ojos. Con mucho miedo y temblando demasiado me esforcé en preguntarle:
...?Recibí un fuerte maúllo a cambio, me hizo pensar un poco y busqué un poco en el cuarto, aun temblando y con su mirada inexistente, fija y penetrante encima de mi. No veía al gato ciego en ningún lado; entonces lo noté: aquello que tanto me observaba era mi gato.
Al notar que me había dado cuenta de lo que ocurría, el se me acercó, yo desesperado intentaba alejarme de el en vano, y se arrulló conmigo ronroneando. A estas alturas yo estaba a punto de llorar. Cuando vi que se durmió, intenté pensar alguna solución. En ese momento no pude hacer nada, pues si me movía seguro que él se despertaría, sin saber como ni porqué, caí dormido.
Desperté y el estaba de nuevo en su esquina escribiendo en su pequeña libreta, esta vez volteando hacia mi varias veces para luego continuar escribiendo en su libreta, me levanté, esta vez con mas confianza porque noté que él no planeaba hacerme daño. Me dio hambre, entonces volvió el pánico de nuevo, estaba encerrado en mi propia habitación, no podía salir a la cocina, no tenía que comer.
Mientras pensaba esto escuché un pequeño crujido, era el estómago del gato: los dos volteamos al mismo punto, su panza, luego él me volteó a ver a mí, sin nada que hacer, y yo con los nervios de punta por su mirada oscura tan penetrante le dije un poco tartamudo:
-“No puedo salir a la cocina, solo si me dejas salir podremos comer”.
Al oír esto me observó por dos segundos más y volvió a su libreta, pensé y busqué soluciones, no había ninguna, estaba y sigo encerrado aquí, con él.
Solo pude pensar en una cosa, en un solo plan: que me rescataran, en menos de una semana la editorial notaría que no aparecí, intentarían contactarme, no respondería, hablarían a la policía e irrumpirían aquí, si el gato pudo volverse humano, o humanoide, o lo que quiera que sea eso, podrá volver a lo que antes fue, entonces parecerá que simplemente me encerré yo solo aquí, y el gato saldrá inocente y atrapará a alguien más. En este momento comienzo a escribir esto, para que cuando entren aquí y me vean muerto de hambre, lean esto y se encarguen del maldito gato.
Han pasado tres días de lo último que escribí, muero de hambre y parece ser que él también, pero no hace nada, sigue escribiendo, sigue observándome, pareciera que me analiza, soy su experimento, soy su muñeco de prueba, ¿Qué quiere de mi?, ¿por qué hace esto?, ¿no fui al único al que se lo ha hecho?, quiero salir de aquí, quiero que ese gato se aleje de mi, no le puedo hacer nada, no cambiaría nada, seguiré atrapado aquí si lo mato, debo seguir su juego, terminar su prueba, quizás así me deje salir, quizás así quede en libertad, solo debo esperar, dejarlo a él terminar, no preocuparme y seguir tranquilo, estoy al borde de la locura, ayuda por favor, ¡AYUDA, AYÚDENME, NO QUIERO SEGUIR AQUÍ, AYUDA!”
Texto encontrado junto a un cuerpo dentro del departamento, el cuerpo se encontró en la cama, sobre él un gato negro y sin ojos. Al cuerpo le faltaban partes de su piel, debajo de las manos habían restos de carne, y lo más espeluznante, parecía que alguien le había arrancado los ojos.
Los policías antes de leer esto creían que el estrés había llevado al escritor al borde de la locura, para encerrarse el solo y alimentar a su gato y el mismo con su propia carne, el diario encontrado a un lado del cadáver dio a entender otra cosa. En cuanto los policías entraron al cuarto el gato volteó y los miró con la profunda oscuridad de sus cuencas vacías.
Miró fijo a uno de los policías ahí presentes y extrañamente ese fue el único al que el pánico no poseyó, tomó al gato entre sus brazos mientras registraban el lugar. Al irse todos, y antes de que alguien pudiera leer el diario, ese policía se fue directo a su casa con el felino. Desde hace 4 días no se tienen noticias de el ni de su familia
Una de las presencias sobrenaturales más aterradoras que aparecen en la película de terror 'El Conjuro', la taquillera cinta del director James Wan basada en hechos reales ocurridos en la década del 70 en la casa de la familia Perron en Rhode Island (Estados Unidos), es una muñeca diabólica llamada Annabelle.
Si bien en la historia real de los sucesos paranormales que afectaron a la familia Perron no aparece esta muñeca (el director James Wan la rediseñó para darle un aspecto más inquietante), su existencia fue totalmente verídica. Y los pormenores de su caso, que le harían erizar los cabellos al más valeroso, también fueron investigados por Ed y Lorraine Warren, la famosa pareja de demonólogos e investigadores paranormales que aparecen en la película 'El Conjuro' luchando contra los espíritus malévolos de la casa.
La historia de espanto de la muñeca Annabelle comenzó en 1970, cuando una madre compró en una tienda especializada una vieja muñeca de trapo, de la tradicional línea de productos infantiles conocidos como Raggedy Ann, para regalársela a su hija Donna, una joven de 20 años que estudiaba enfermería. Lo primero que hizo la muchacha, que compartía un apartamento con una amiga llamada Angie, fue poner a la muñeca en su cama.
Pero a los pocos días comenzaron a suceder cosas extrañas. La muñeca, que siempre era dejada por su dueña en el dormitorio o en un sillón en una posición horizontal y con las piernas cruzadas, comenzó a aparecer misteriosamente en otras partes de la casa. Aparecía en el comedor, en posición vertical o de pie, o bien arrodillada en la puerta de entrada, como si de repente hubiera comenzado a moverse por sí sola. Para empeorar la situación, las dos moradoras del apartamento comenzaron a encontrar mensajes escritos en un papel de pergamino, con una letra de niño pequeño, que decían: “Ayúdanos” y “Ayuda a Lou” (Lou era el nombre del novio de Donna).
El siguiente incidente también fue sorprendente. Las dos amigas encontraron a la muñeca con gotas de sangre en su pecho y sus manos, por lo que decidieron buscar la ayuda de una médium para que hiciera una sesión de espiritismo en el mismo apartamento. De ese modo supieron que el presunto espíritu que animaba a la muñeca correspondía al de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien había muerto trágicamente hace muchos años en el mismo lugar donde vivían.
El espíritu, además, le comunicó a la médium otra cosa inquietante. Dijo que se sentía en paz viviendo con Angie y Donna, por lo que quería seguir viviendo en la casa bajo la forma de la muñeca. Las dos chicas, compadecidas por la historia de la niña muerta, respondieron afirmativamente. Ignoraban que el supuesto espíritu de Annabelle escondía en verdad a una presencia ominosa.
La muñeca diabólica
Lou, el novio de Donna, fue el primero en sufrir las consecuencias. El joven no sólo había querido deshacerse de la muñeca desde la primera vez que la tuvo en sus manos, sino que también comenzó a sufrir recurrentes pesadillas con el juguete. Una noche, tras despertar de un mal sueño, miró al pie de su cama y vio, estupefacto, la aterradora figura de la muñeca de trapo. El juguete trepó en cuestión de segundos a su cama e intentó estrangularlo, aunque sólo consiguió desmayarlo.
Tras recuperar la conciencia, Lou se dirigió de inmediato a la casa de su novia decidido a destruir a la muñeca. Pero, tras llegar y saludar a Donna, escucharon ruidos procedentes del dormitorio de la chica, como si varias personas estuvieran hablando allí. Al entrar no vieron a nadie, sólo a Annabelle sentada en una esquina. En ese preciso momento Lou se tocó el pecho transido de dolor. Cuando se abrió la camisa, que sorprendentemente estaba empapada en sangre, descubrió que tenía siete marcas de garras distintas, tres verticales y cuatro horizontales, que le desgarraban la piel como si fueran quemaduras.
Convencidos definitivamente que el espíritu que animaba a la muñeca era hostil y maligno, Donna y sus amigos se pusieron en contacto con algunas autoridades eclesiásticas, quienes los pusieron en contacto con Ed y Lorraine Warren. Esta pareja de investigadores paranormales llegó de inmediato a la conclusión más obvia: el espíritu que se encontraba unido a la muñeca no era el de una inocente niña, sino que una presencia diabólica no humana que deseaba poseer el alma de Donna.
Los Warren, para mantener a salvo a los tres jóvenes, decidieron llevarse a Annabelle a su casa y lo consiguieron a duras penas. En el viaje, el motor, la dirección y los frenos del auto comenzaron a fallar y los desperfectos sólo cesaron cuando Ed Warren roció a la muñeca de trapo con agua bendita. Ya en el domicilio de los investigadores, la muñeca siguió dando problemas. Levitó al menos un par de veces y comenzó a aparecer en las distintas habitaciones de la casa, incluido en el mismo asiento de Ed Warren.
Los Warren, convencidos que la muñeca estaba embrujada por una entidad demoníaca, contactaron al sacerdote Jason Bradford para que hiciera un exorcismo. Pero este, al ver a Annabelle, sólo exclamó: “Es sólo una muñeca de trapo. No puede hacer daño a nadie”. Increíblemente, cuando el religioso se retiró de la casa de los Warren, su auto sufrió un desperfecto en los frenos y terminó fuera de la carretera. El cura salvó su vida de milagro.
Encerrada en una urna de cristal
Los Warren, que en 1952 habían fundado la Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra, finalmente, hicieron construir una urna de cristal y encerraron allí a Annabelle. Con los años se transformó en una de las principales atracciones del famoso museo del ocultismo de Connecticut, lugar donde permanece en la actualidad.
La muñeca llamada Annabelle nunca más volvió a moverse, pero hace varios años hizo de nuevo noticia por un hecho bastante misterioso. Un adolescente, que visitaba el museo en compañía de su novia, se burló de la muñeca y comenzó a golpear la casilla donde esta estaba encerrada. El propio Ed Warren los expulsó del lugar y vio cómo la pareja se alejaba en moto. Lo increíble es que mientras el muchacho seguía haciendo chistes sobre Annabelle, perdió de repente el control del vehículo y se estrelló contra un árbol. El adolescente murió en el acto y su acompañante debió pasar varios meses internada en un hospital.
Los entendidos afirman que la urna de cristal donde descansa Annabelle parece evitar que la muñeca se mueva, pero no son pocos los que especulan que la espeluznante entidad que le dictaba sus movimientos sigue allí, a la espera del día en que nuevamente pueda ser libre.
La Mansión Woodchester es famosa por los espíritus que en ella deambulan por jardines y aposentos.
La residencia se encuentra en la zona de los Cotswold, Inglaterra, y es un impresionante edificio que, por el simple hecho de encontrarse frente a él, produce escalofríos, sobre todo por las inquietantes gárgolas que parecen custodiar el edificio y acechar a quien ose inmiscuirse en su interior.La primera aparición fantasmal documentada data de 1902, cuando un vicario de la zona observó una figura etérea en las puertas de lo que era una mansión a medio terminar. Años más tarde fue un jinete incorpóreo vestido con ropa de la guerra civil el que se dejó ver por las proximidades. Debido a esto y sobre todo a las deudas de la familia Leigh, sus herederos vendieron la casa en 1938.
Los nuevos propietarios tuvieron en mente hacer un hospital psiquiátrico del lugar, pero debido a la segunda guerra mundial, estos propósitos quedaron olvidados ya que los norteamericanos y canadienses montaron en frente un campamento militar para entrenar a los soldados para la contienda mundial. Los militares decidieron usar los sótanos de la casa para guardar material bélico.Un día mientras los soldados realizaban maniobras un puente cercano se derrumbó y muchos de estos murieron ahogados en los lagos de Woodchester. Los más de cincuenta muertos fueron trasladados a la mansión en espera de que alguien reclamara los cadáveres. Algunos testigos han asegurado haber visto los fantasmas de estos soldados, como buscando la razón por la que habían fallecido. Por su parte los médiums han afirmado haber escuchado música de los años cuarenta y haber sentido la angustia de sus espíritus.
En los últimos tiempos algunos afirman que al fantasma de una mujer anciana le gusta atacar a otras mujeres en los rincones con menos luz de la casa y que, en ocasiones, vuelan piedras en el interior de algunas habitaciones. Debido a su popularidad la casa es concurrida por cazadores de fantasmas y curiosos que quieren experimentar en carne propia la sensación de ser espectadores de un fenómeno que traspase las barreras de la realidad humana. Muchos de ellos al poner un pie dentro sencillamente se desploman y otros sufren una suerte de ataque espectral. Entendidos de temas paranormales concluyeron que la mansión es el epicentro de gran actividad paranormal y poltergeist.
La Mansión Woodchester es famosa por los espíritus que en ella deambulan por jardines y aposentos.
La residencia se encuentra en la zona de los Cotswold, Inglaterra, y es un impresionante edificio que, por el simple hecho de encontrarse frente a él, produce escalofríos, sobre todo por las inquietantes gárgolas que parecen custodiar el edificio y acechar a quien ose inmiscuirse en su interior.La primera aparición fantasmal documentada data de 1902, cuando un vicario de la zona observó una figura etérea en las puertas de lo que era una mansión a medio terminar. Años más tarde fue un jinete incorpóreo vestido con ropa de la guerra civil el que se dejó ver por las proximidades. Debido a esto y sobre todo a las deudas de la familia Leigh, sus herederos vendieron la casa en 1938.
Los nuevos propietarios tuvieron en mente hacer un hospital psiquiátrico del lugar, pero debido a la segunda guerra mundial, estos propósitos quedaron olvidados ya que los norteamericanos y canadienses montaron en frente un campamento militar para entrenar a los soldados para la contienda mundial. Los militares decidieron usar los sótanos de la casa para guardar material bélico.Un día mientras los soldados realizaban maniobras un puente cercano se derrumbó y muchos de estos murieron ahogados en los lagos de Woodchester. Los más de cincuenta muertos fueron trasladados a la mansión en espera de que alguien reclamara los cadáveres. Algunos testigos han asegurado haber visto los fantasmas de estos soldados, como buscando la razón por la que habían fallecido. Por su parte los médiums han afirmado haber escuchado música de los años cuarenta y haber sentido la angustia de sus espíritus.
En los últimos tiempos algunos afirman que al fantasma de una mujer anciana le gusta atacar a otras mujeres en los rincones con menos luz de la casa y que, en ocasiones, vuelan piedras en el interior de algunas habitaciones. Debido a su popularidad la casa es concurrida por cazadores de fantasmas y curiosos que quieren experimentar en carne propia la sensación de ser espectadores de un fenómeno que traspase las barreras de la realidad humana. Muchos de ellos al poner un pie dentro sencillamente se desploman y otros sufren una suerte de ataque espectral. Entendidos de temas paranormales concluyeron que la mansión es el epicentro de gran actividad paranormal y poltergeist.
El 17 de mayo del 2017, en un pueblo a las afueras de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México, a doña Bertha Elizalde le ocurrió lo que nunca nadie quisiera vivir, en una mañana normal, cuando ella preparaba el desayuno para su esposo, ambos ya mayores de edad, apenas tenían que preocuparse por ellos mismos pues sus hijos habían fallecido a manos del narcotráfico de la zona, los señores habían vivido ahí toda la vida, eran
una pareja de ancianos a quienes ya a poco les quedaba por delante, doña Bertha preparo ese día a un rico desayuno para su esposo,tenían gallinas así que le hizo un omelette, en su humilde casa tenían un lugar donde sembraban algunas cosas y los pocos animales que aún quedaban vivos les proveían de más alimentos, lo que ninguno imaginó es que ese día sería el más lamentable desde la muerte de sus hijos.
Todo comenzó cuando llegaron al lugar unos hombres trabajadores del gobierno y encargados ejidales, que traían unos papeles que decían que supuestamente uno de sus hijos había puesto en garantía el terreno en donde desde hace sesenta años, doña Bertha y su esposo habían vivido, los hombres bajaron del ostentoso vehículo y comenzaron a tomar medidas del terreno mientras otros tomaban fotografías y hablaban de cómo iban a derribar la pequeña casa de doña Bertha para construir una gasolinera. Doña Bertha por supuesto quedó extrañada de inmediato, se dirigió a aquellos hombres y les preguntó: "buenos días ¿se les ofrece algo?" Uno de ellos dio paso al frente y comenzó a explicarle a doña Bertha lo que ocurría: "buenos días necesitamos que desaloje este lugar de inmediato este terreno ahora ya no les pertenece a ustedes y necesitamos que se vayan ya, necesitamos que firme estos papeles por favor".
Doña Bertha no era nada tonta, sabía que las cosas no andaban bien y en efecto, estas personas estaban intentando aprovechar el mal manejo que tenían las escrituras del terreno de doña Bertha y su esposo que si bien no tenían todo en regla era mentira que uno de sus hijos lo había puesto como garantía en un supuesto préstamo, voy a ver dentro a la casa, habló con su esposo y a los pocos minutos éste salió con machete en mano dispuesto a defender a capa y espada lo que por derecho les pertenecía, los hombres salieron corriendo del lugar pero más que asustados salieron de ahí riéndose, burlándose de los pobres ancianos "has visto cómo salió el pinche viejo este no saben lo que le espera" dijo uno, al parecer estas personas tenían algo planeado, algo que ni siquiera doña Bertha y su esposo esperaban.
Mi padre es médico forense y como me gustaba lo que hace, yo también decidí estudiar su carrera, ahora realizo mis prácticas con el en la morgue, un día llegó el caso de un cadáver bastante peculiar, algo fuera de lo normal
Cayó la noche y como era costumbre el esposo de doña Bertha salió a revisar a los animales, cada uno debía estar en su lugar y debidamente asegurado, las gallinas en su gallinero, los animales bien encerrados y atados, casi había terminado cuando de pronto un ruido extraño atrajo su atención, pero el pobre señor apenas y veía, entonces tratando de distinguir algo entre la oscuridad de aquella noche alcanzó a ver que alguien se acercaba, traía algo en la mano, aceleraba el paso, cada vez estaba más cerca de él, cuando por fin pudo distinguir lo que pasaba era demasiado tarde, un hombre robusto y grande lo alcanzó, lo tomó de un hombro y con la otra mano comenzó acuchillarlo en el abdomen una y otra vez, el pobre viejo sentía como el cuchillo entraba y salía de su cuerpo. El anciano cayó al piso, aún respiraba, así es que el malnacido lo volvió a perforar pero ahora en el pecho, luego en el cuello y finalmente en un acto de desesperación le enterró el arma en los ojos.
Doña Bertha estaba limpiando la cocina mientras que su esposo ataba a los animales, de pronto sintió un escalofrío mientras que su esposo era asesinado, tuvo un presentimiento, doña Bertha con una extraña angustia en el corazón salió a la puerta de su casa miró hacia todos lados buscando a su marido pero no lo encontró comenzó a llamarlo mientras daba vuelta a la casa, todos los animales estaban en su lugar, doña Bertha se acercó a un arbolito y antes de que pudiera alcanzar a ver al asno manchado de sangre tropezó con el cuerpo ensangrentado de su esposo más sagrado, acuchillado y sin vida.
Doña Bertha lloró como cuando sus dos hijos murieron, era un llanto de dolor, su compañero de vida se había ido para siempre y de la manera más cruel que pudiera imaginar, doña Bertha no fue a la policía, no avisó a nadie de lo ocurrido, doña Bertha decidió enterrar a su esposo en el patio de la casa junto al árbol donde limpió su sangre y liberó a todos los animales que poseían, entró a su casa y buscó desesperada un viejo libro que había pertenecido a su madre, busco entre sus páginas el contenido más macabro que puedas imaginar, aquel libro perteneció a su madre, la cual según dicen, fue bruja y murió dormida en su cama con una sonrisa en la cara.
En el libro venía un conjuro especial prohibido, era una especie de invocación que resultaba especial porque invocaba a un demonio, con ese conjuro podías hacer que el mismísimo satanás tomara posesión sobre el cuerpo y alma de la persona a quien conjurar. Doña Bertha sabiendo que tenía los días contados decidió tomar venganza contra quienes mataron a su esposo dándole su alma al diablo pero pidiéndole un favor, matar a quienes mataron a su esposo, el 18 de mayo las autoridades municipales encontraron una camioneta calcinada en el terreno de doña Bertha, había cinco cuerpos de personas aparentemente torturadas puestas una sobre la otra sin ropa y sin ojos, no se trataba de un narcomensaje, las autoridades descartaron lo ocurrido porque no correspondía al modus operandi de los nárcotraficantes, se trataba de un asesinato.
Cuando las autoridades estaban tomando fotografías del incidente decidieron tocar a la puerta de la casa de doña Bertha pero nadie abrió la puerta, al intentar forzarla esta se abrió con facilidad y debido a la importancia del caso decidieron entrar a investigar, lo que encontraron dentro fue escalofriante, doña Bertha estaba sentada en una silla con una sonrisa en la cara, bañada en sangre con el machete de su esposo en la mano y un collar formado con los ojos de las cinco personas muertas que estaban afuera, doña Bertha se quedó mirando fijamente a los oficiales y de pronto cerró los ojos y murió de un infarto al corazón, con la misma sonrisa con que años atrás había muerto su propia madre. La fotografía que miras es la única que se tiene sobre Doña Bertha, con el collar de ojos censurado debido a que no es permitida la imagen, su sonrisa lo dice todo.
Entre las diversas maravillas naturales que México alberga para satisfacción del mundo entero, existe una zona denominada Xochimilco, compuesta por casi 190 kilómetros de canales navegables, naturaleza y misticismo. Allí, 20 kilómetros al sur del D.F., entre las varias islas pequeñas que el agua deja ver, existe una macabramente célebre por su historia y, sobre todo, el paisaje aterrador… Se trata de las Isla de las muñecas, un paraje que solamente habitó Don Julián Santana Barrera durante más de 25 años y que hoy es presenta un escenario de terror, con incontable cantidad de muñecas pertrechas colgando desde los árboles.
Cuenta la leyenda que, mientras aún vivía, Don Julián se encontró un día con el cadáver de una niña, aparentemente ahogada en uno de los canales de la isla al enredarse entre los lirios de la orilla. Desde entonces, el único morador de la isla fue sistemáticamente sorprendido por lo que él mismo definió como el espíritu de la pequeña difunta, que lloraba, gritaba y se quejaba incesantemente. Atemorizado, Don Julián no tardó mucho tiempo en encontrar una solución al problema: rodeó su chinampa con muñecas de todos los tipos y tamaños para protegerse. Hoy, estas guardianas colgadas y clavadas se cuentan por miles.
Sobre los comienzos del año 2001, un envejecido Don Julián se acercó hasta uno de los canales de la isla para pescar acompañado de su sobrino. Fue entonces cuando confesó que existía una sirena de río que pretendía llevárselo desde hacía mucho tiempo. Cuando el sobrino de Don Julián regresó al canal después de ir a controlar el ganado que pastaba en las inmediaciones, se encontró con el cadáver de su tío, muerto por un infarto y caído al agua.
Desde entonces, el lugar es conocido como la Isla de las muñecas, un paraje signado por la tragedia y el misterio. Los visitantes aseguran que las muñecas allí presentes, envejecidas, con las cuencas oculares vacías y sus extremidades mutiladas, cobran vida en las penumbras y ahuyentan a los espíritus que merodean ruidosamente por el lugar.