De la misma forma que se puede pasear, andar deprisa o correr, también se puede leer a distintas velocidades y es positivo tener la posibilidad de leer "en directa" o a máxima velocidad.
Este Curso de Lectura Rápida ofrece la posibilidad de duplicar la velocidad de lectura sin descuidar el requisito fundamental de mantener la comprensión. Por la experiencia que se tiene de cursos similares a éste, impartidos en Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y los realizados por el autor de este programa en España, el promedio de aumento de velocidad es del 100%, aunque algunos alumnos llegan a triplicar la velocidad inicial. La comprensión se suele mantener entre 6 y 7 puntos sobre 10, medida por un cuestionario de elección múltiple de 10 preguntas.
Este curso va dirigido a estudiantes de Secundaria, Bachillerato, Universidad y profesionales que tengan demasiadas cosas para leer. Sin embargo, no es aconsejable para alumnos de Enseñanza Primaria.
Se trata de hacer una serie de ejercicios específicos que capacitan para adquirir destrezas en la lectura que difícilmente se pueden adquirir sin estas ejercitaciones.
Con el paso del tiempo se produce una ligera disminución en el promedio de velocidad, sin mucho cambio en la comprensión.
Este curso consta de diez lecciones, cada una de las cuales puede realizarse en una o dos sesiones. Se recomienda, además, realizar ejercicios de lectura en casa con libros de dificultad mediana.
Cada lección consta, en primer lugar, de un texto sobre lectura rápida seguida de una prueba de comprensión de 10 preguntas. Después hay cuatro ejercicios con material "sin sentido" para ampliar el campo visual en los que se presenta en un breve espacio de tiempo un grupo de letras y/o números que hay que recordar y escribir a continuación. El mismo ejercicio se repite con palabras y frases. A continuación hay un ejercicio de lectura rítmica con el texto dividido en columnas que hay que leer con un ritmo determinado. Y por fin, una prueba de lectura sobre distintos animales del doctor Rodríguez de la Fuente aparecidos en La Actualidad Española.
Esta lectura puede considerarse como oficial a efectos de medir los avances obtenidos. En esta primera lección sobre el águila real se hará al principio, antes del resto de los ejercicios. Para el buen aprovechamiento del curso es necesario realizar todos los ejercicios que se proponen y hacerlos por el orden que se indica.
1.- En el curso de Lectura Rápida algunos alumnos:
2.- La comprensión se suele mantener:
3.- Los cuestionarios de comprensión suelen ser de:
4.- El Curso no es aconsejable a alumnos de:
5.- Con el paso del tiempo:
6.- Este Curso consta de:
7.- Los ejercicios para casa deben tener:
8.- Los ejercicios sin sentido sirven para:
9.- El texto dividido en columnas es para:
10.- La lectura considerada oficial es la:
Eran tiempos de guerra entre moros y cristianos en la vega de Granada, y María no solía alejarse sin escolta del castillo en que vivía. Sin embargo, rodeada de arcabuces y ballestas se sentía prisionera. Con ella estaba siempre Hernando, un joven morisco cuya presencia le era tan grata que las cosas parecían más hermosas cuando él estaba cerca.
Una tarde abandonaron ambos el castillo y marcharon por senderos estrechos y escarpados, flanqueados de viejísimos olivos. Los dos se detuvieron a contemplar un antiguo castillo moro, casi destruido por las guerras y los años. Desde una quebrada llegaba el canto claro y sonoro de una avecilla.
-¿Qué pájaro es ése? -preguntó María admirada.
-Es el ruiseñor, que llama a su compañera -respondió Hernando.
-Pero ¿no suele el ruiseñor cantar de noche?
-Canta noche y día, y todas las horas parecen ser escasas para sus gorjeos. Pero con la noche cesan los ruidos, y hay quietud para oír lo que durante el día no suele oírse.
-¿Es cierto que los pájaros hablan unos con otros? -preguntó María.
-Al menos pueden entenderse entre ellos.
-Siendo yo muy niña pensaba que los animales y aun las cosas podían hablar como las personas, y disfrutaba oyendo historias de hombres sabios que entendían el lenguaje de las aves y de las plantas. ¿Conoces tú estas bellas leyendas?
-Aún se cuentan en Granada algunas de ellas; mi preferida es la del príncipe enamorado.
-Nárrala para mí ahora -suplicó María, sentándose al pie de una años a higuera silvestre.
Hace largos años había en Granada un rey despótico y cruel, al que temían todos sus súbditos. Su hijo mayor, el príncipe Hassán, por el contrario, era bondadoso y gustaba de mezclarse con campesinos y gentes sencillas. Y ocurrió que el príncipe se enamoró de la hija de un labrador de la vega llamado Abahul.
Los jóvenes mantenían en secreto su amor. Pero los rumores son más veloces que el viento; el rey se enteró y prohibió a su hijo que viese a la labradora. El príncipe le respondió que deseaba tener a la hija de Abahul como esposa. Enfurecido, el rey le encerró en la Alhambra, en lo más alto de la torre que llaman de Comares, sin más compañía que la de un hosco carcelero.
Pasaba Hassán las horas en la más completa soledad, mirando entristecido hacia la vega. Cientos de aves volaban cerca de la torre. El observaba sus vuelos y oía sus cantos, y así entretenía su ocio y calmaba su tristeza. Al cabo de los meses, el príncipe llegó a comprender el lenguaje de los pájaros.
Una mañana cayó a sus pies una tórtola herida. Hassán la tomó con cuidado y restañó sus heridas; luego calmó su sed y le habló en el lenguaje de las aves. Durante los días en que permaneció en la torre, la tortolica y el príncipe llegaron a ser grandes amigos. Ella le contaba hermosas historias del aire y él le confió la causa de su tristeza. Sanó al fin el ave y una luminosa mañana Hassán la puso en libertad aunque con gran pena, pues con su marcha tornaba a la soledad.
Voló la tórtola hacia la vega y Hassán siguió su vuelo hasta que la vio perderse en la lejanía. Cayó entonces en un profundo abatimiento, y así permaneció hasta que al atardecer se posó la tórtola en el ajimez.
Ella le contó que había visto a la hermosa hija del labrador llorando en el jardín. Aumentó entonces de tal manera el dolor y el abatimiento de Hassán que no quería tomar alimento ni bebida alguna.
Salió la Luna y se volvieron de plata las aguas del Darro. A lo lejos, coronadas de blancos resplandores, se alzaban las cumbres de Sierra Nevada. Cantó el ruiseñor y sus trinos eran más claros que las aguas del río. Pero el príncipe miraba y no veía la hermosura de la montaña, oía y no escuchaba el canto del ruiseñor. El alba lo encontró acodado en el ajimez, mirando tristemente hacia la vega.
Reunió entonces la tórtola a las aves de la llanura y del monte, y juntas deliberaron la manera de sacar a Hassán de su prisión. Al atardecer, cientos y cientos de aves llegaron a la orilla de la Alhambra.
Estaba el carcelero de vigilancia. La llave pendía de su cuello, y el candado tenía dadas tres vueltas. De pronto, el aire se hizo música. Escuchó sorprendido: ¿Qué era aquel sonido suavísimo que descendía de la torre? Nunca había oído nada semejante... Cantaban las aves y el carcelero las oía embelesado. ¡Qué hermosa melodía! Pero entre aquellos gruesos muros llegaba débilmente. Subió unos peldaños; la música era más clara. Subió un poco más; las notas descendían cristalinas y dulces. Subió y subió hasta llegar a lo más alto. Pinzones, calandrias, verdecillos, ruiseñores... desgranaban unidos sus trinos. Salió entonces la Luna y un ensueño maravilloso se apoderó de él. Con el alba, el carcelero despertó sobresaltado de su encantamiento. ¡La llave no pendía de su cuello! La vega despertaba al sol de la mañana, y el príncipe y la hija de Abahul cabalgaban hacia tierras de Córdoba.
Terminó Hernando su narración y el ruiseñor aún seguía cantando.
-¡Qué hermoso canto! -susurró María-. No me extraña el ensueño del carcelero. ¿Crees tú, Hernando, que es posible comprender el lenguaje de las aves?
-No como Hassán. Pero, observando sus costumbres y sus cantos, se puede llegar a entenderlas. Caía la tarde cuando iniciaron la vuelta. Una pareja de palomas salió del olivar y se dirigió al castillo. María las siguió con la mirada; volaban a la par y era su vuelo tranquilo y vigoroso. Se posaron en una de las torres, arrullándose, dándose los picos, ahucando las plumas.
-Ese es el lenguaje de amor de las palomas, ¿no es cierto? -preguntó María. -Así parece. Y creo que se sienten muy felices.
Alzó María de nuevo la vista y su corazón latió angustiado. ¡En el paso de ronda había aparecido un ballestero! María ahogó un grito, y sobre las almenas cayó una paloma con el pecho atravesado.
Voló espantada su compañera, pero no se alejó; describía círculos a su alrededor, con vuelos desiguales. María gritaba en silencio: "¡Vuela lejos, paloma!". Los círculos eran cada vez más cerrados, el vuelo más inseguro, la inquietud mayor, y al fin, la paloma fue a posarse junto a su compañera caída. La arrulló, le ofreció el pico, atusó suavemente sus plumas... y, como no pudiera despertarla, abrió la cola y correteó desesperada invitándola a levantar el vuelo. Se alzó un instante y, de nuevo, fue a posarse a su lado.
Dudó un momento el ballestero, pero al fin tensó la ballesta y la paloma cayó sobre las almenas.
-¿Sabes, Hernando, si el amor es más hermoso que la vida? -preguntó María apesadumbrada. Hernando no supo hallar respuesta. El silencio se hizo doloroso y María penetró en el castillo. Concha López Narváez
1.- María y Hernando vivían en:
2.- Una tarde escucharon el canto de:
3.- ¿De qué hablaban María y Hernando?
4.- Una leyenda de Granada hablaba de:
5.- El príncipe Hassán se enamoró de:
6.- El rey enfurecido lo encerró en la torre de:
7.- Hassán se hizo amigo de:
8.- El canto de cientos de aves lograron que:
9.- Hassán y la hija de Abahul se dirigieron a:
10.- Al ver morir a las dos palomas, María se preguntó:
No hace mucho tiempo paseaba por la ciudad un hombre que llevaba puesta sobre su cabeza una gorra de color marrón. Al llegar a la estación de ferrocarril, el hombre se metió en el vestíbulo y se detuvo a contemplar a la gente que entraba y salía cargada con sus maletas, sus bolsas y sus carteras. En esas estaba cuando, de pronto, exclamó con voz alta:
-¡Vaya, vaya!
A continuación abandonó la estación precipitadamente y siguió paseando.
Poco después, el hombre de la gorra marrón llegó a un paso subterráneo. Observó detenidamente la entrada del túnel y se introdujo en él caminando por una acera estrecha, que estaba separada de la calzada por una pequeña valla. Y cuando se encontraba en medio del túnel, se detuvo a ver cómo los coches pasaban a toda velocidad en una y otra dirección. Poco después gritó:
-¡Vaya, vaya!
Inmediatamente el hombre continuó su camino mientras el eco de sus palabras se confundía con el rumor de los coches.
A la salida del túnel había un edificio muy alto con grandes ventanales oscuros. Tenía todas las ventanas cerradas y desde fuera no podía verse lo que la gente hacía en el interior puesto que los cristales hacían el efecto de un espejo en el que se reflejaban el cielo y las nubes. El hombre de la gorra marrón se detuvo frente al edificio y esperó a ver si alguien abría alguna de aquellas ventanas. Pasó el tiempo y las ventanas permanecían cerradas. Entonces nuestro hombre dijo casi gritando:
-¡Vaya, vaya!
Y volvió a esperar a que ocurriera algo.
Cuando vio que todas las ventanas continuaban carradas a cal y canto, gritó de nuevo, y esta vez con mucha más fuerza:
-¡Vaya, vaya!
Y tras esto, continuó satisfecho su camino.
Pasado un rato, el hombre de la gorra marrón llegó a un parque muy bonito en el que había un pequeño lago. La gente paseaba plácidamente por la orilla y se sentaba de vez en cuando en unos bancos pintados de rojo a contemplar cómo paseaban los demás. También había muchas madres y abuelos que empujaban sillitas de bebé, ancianas que echaban miguitas de pan a las palomas, niños que corrían hacia ellas para asustarlas y verlas salir volando, gente de todas las edades que corría, saltaba y hacía deporte... Y, a la orilla del lago, había un empedrado donde se habían sentado parejas de enamorados y grupos de jóvenes que tocaban la guitarra.
Justo en el centro de aquel parque se alzaba una escultura en la que se representaba a un joven desnudo y frente a él un ave de rapiña. El joven señalaba con su mano derecha al ave y elevaba la otra mano hacia el cielo.
El hombre de la gorra marrón se detuvo ante aquella estatua. Luego miró en derredor y estuvo contemplando un buen rato a la gente. Y, de repente, volvió a gritar a pleno pulmón:
-¡Vaya, vaya!
Algunas personas que paseaban por el parque se pararon curiosas y se quedaron esperando a ver si aquel hombre decía o hacía algo más. Pero él se limitó a emprender de nuevo su camino sin añadir ni media palabra.
Y andando, andando, el hombre de la gorra marrón llegó a un gran edificio gris que estaba situado en una amplia avenida. Delante del edificio había muchos coches de policía aparcados. El hombrecillo se detuvo ante la puerta y gritó en tono decidido:
-¡Vaya, vaya!
Al instante salieron precipitadamente de aquel edificio algunos policías, arrestaron al hombre de la gorra marrón y le introdujeron en la comisaría. Allí le cachearon para ver si llevaba armas y le interrogaron a fondo. Después de comprobar que el hombre de la gorra marrón no pretendía nada malo, le sacaron de la comisaría y le dijeron:
-A nosotros no nos hace ninguna gracia que usted vaya gritando por todas partes "¡Vaya, vaya!". Pero como no hay ninguna ley escrita que prohíba decir por la calle "¡Vaya, vaya!", tenemos que dejarlo en libertad.
Y ¿sabéis lo que en aquel mismo momento respondió el hombre de la gorra marrón?
Sí, exactamente eso.
1.- El hombre de la gorra marrón solía decir:
2.- En la estación de ferrocarril le gustaba:
3.- En el paso subterráneo el hombre observaba:
4.- El eco de sus palabras se confundía con:
5.- ¿Por qué no se podía ver el interior del gran edificio?
6.- ¿Qué había en el parque?
7.- En el parque, el joven de la estatua señalaba con su mano derecha:
8.- ¿Por qué los policías arrestaron a este hombre?
9.- ¿Para qué cachearon al hombre?
10.- ¿Por qué soltaron al hombre de la gorra marrón?
Para algunas personas el estudio consiste en estar matriculado en un colegio y asistir a unas clases. Pero estudiar es algo más, es aprender una serie de conocimientos ejercitando la inteligencia, la memoria, la voluntad, la capacidad de análisis, de síntesis, de relacionar, etc. En el diccionario encontramos que estudiar es "ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender una cosa".
Para estudiar bien y alcanzar el éxito escolar son necesarias tres cosas: poder, querer y saber estudiar.
Poder estudiar es tener inteligencia y el resto de facultades humanas. Es indudable que la inteligencia se relaciona mucho con el éxito escolar. En igualdad de condiciones un alumno "inteligente" obtiene mejores notas que sus compañeros.
El querer estudiar es tener el deseo y la determinación de adquirir unos conocimientos. Hay estudiantes que con una inteligencia normal consiguen buenos resultados a base de esfuerzo personal y dedicar el tiempo necesario. Tan importante o más que la inteligencia es la motivación o el querer estudiar. Muchos alumnos fracasan no por falta de inteligencia sino por desinterés, por apatía, por dejar el trabajo para el último momento, es decir, por falta de motivación.
El saber estudiar es el tercer factor importante para alcanzar buenos rendimientos. Puede ocurrir que un alumno tenga la inteligencia suficiente y dedique bastante tiempo al estudio, pero los resultados son bajos e incluso fracasa. Probablemente se debe a que emplea unas malas técnicas de estudio. De ahí el desfase entre trabajo y rendimiento.
Además de estos factores importantes hay otros como el tener los conocimientos previos bien asimilados, dedicar el tiempo suficiente al estudio y utilizar los instrumentos adecuados, como libros de texto, diccionarios, atlas, etc.
Podemos hacer poco para mejorar la inteligencia, pero si podemos mejorar la motivación y sobre todo las técnicas de estudio. En este curso se estudiarán las técnicas generales que han sido contrastadas por la experiencia o por los conocimientos teóricos y experimentales de la Pedagogía y la Psicología. En concreto se tratarán estos temas: la lectura, el subrayado, el cuadro sinóptico, el esquema, la forma de tomar apuntes, la preparación de exámenes, la elaboración de trabajos y otras técnicas como confección de murales, teatro leído y debates.
Para conseguir los objetivos del curso no basta con conocer las técnicas descritas, es necesario ponerlas en práctica según convenga en cada momento. La combinación entre la teoría y la práctica hará que mejore el rendimiento académico.
1.- El estudio consiste en:
2.- El tener inteligencia y facultades es:
3.- El querer estudiar es lo mismo que:
4.- El tercer factor importante en el estudio es:
5.- Podemos hacer poco para mejorar:
Goya es el pintor más genial y universal que Aragón ha dado al mundo. En el momento en que le toca vivir (1746-1828), nuestra región contribuye al arte español con notables artistas, como sus cuñados, los Bayeu. Pero en medio del ambiente artístico de la época, de tradición barroca y vanguardista neoclásica, Goya se alza en solitario por su fuerza expresiva y visionaria, abriendo los caminos del arte contemporáneo. Es el genio.
La mayor parte de la obra aragonesa de Goya corresponde, como se ha dicho en su biografía, a su época de juventud. Aragón y, sobre todo, Zaragoza, son etapas imprescindibles para el conocimiento del pintor. La temática, por lo general, es religiosa y viene condicionada por los encargos artísticos, predominando la pintura mural, dentro de la tradición barroca italiana.
Goya, como pintor religioso, se inicia probablemente a través de su aragonesa devoción a la Virgen del Pilar con el tema de la Aparición de la Virgen a Santiago, que decoraba las puertas del desaparecido armario de las reliquias en Fuendetodos.
Pero el programa mural de mayor alcance, dentro de un clima de libertad y comprensión, lo desarrolla en la iglesia de la cartuja de Aula Dei, a orillas del Gállego y próxima a Zaragoza. Entre 1772 y 1774 decora en una serie de grandes paneles los muros, habiéndose conservado el San Joaquín con ángeles, el Nacimiento de la Virgen, los Desposorios, la Visitación, la Circuncisión, la Presentación y la Adoración de los Reyes. El resto de los temas corresponden a la restauración que los hermanos Buffet realizaron en 1903, a partir de la nueva instalación de los cartujos.
La basílica concatedral del Pilar de Zaragoza alberga dos obras murales, que por su elevada altura son de difícil contemplación. La decoración de la bóveda del coreto (1772) desarrolla el tema de la Adoración del nombre de Dios. En la bóveda, delante de la capilla de San Joaquín, con el tema de Reina de los mártires (1780-81), libró Goya la primera batalla antiacademicista.
Dejando aparte otros temas religiosos (pechinas de la ermita de la Virgen de la Fuente en Muel y de la parroquia de Remolinos, etc.), Aragón y sus gentes servirán de inspiración a múltiples obras de Goya, como la fabricación de la pólvora en la sierra de Tardienta, o las hazañas del torero Martincho en la plaza de Zaragoza, haciendo, incluso, la leyenda romántica de un Goya aventurero y torero ambulante, que no tiene consistencia.
1.- ¿Cómo se llamaban los cuñados de Goya?
2.- ¿Con qué estilos artísticos rompió Goya?
3.- La mayor parte de la obra aragonesa de Goya corresponde:
4.- La temática, por lo general, es:
5.- Entre la pintura aragonesa predomina:
6.- La pintura mural más importante se halla en:
7.- La cartuja Aula Dei se encuentra a orillas del:
8.- ¿Con qué obra libró la primera batalla antiacademicista?
9.- Goya pintó las pechinas de:
10.- Goya pintó las hazañas del torero:
Al elegir la columna izquierda del tema anterior, me has demostrado que quieres ser responsable. Tienes deseos de prepararte para el futuro.
Yo, tu amigo Ordenador, no puedo ser responsable. Soy una máquina que actúa ciegamente. Si alguna vez te fallo, no me hagas responsable. No tengo conciencia de mis actos. Quiero decir que ni pienso las decisiones ni soy libre para elegirlas ni para ejecutarlas.
Tú, si. Y porque eres libre e inteligente, puedes progresar en la virtud de la "responsabilidad".
¿Quieres saber por qué?
Primero quiero explicarte qué es responsabilidad.
Una persona es responsable, cuando carga con las consecuencias de sus propios actos. Cuando responde de las decisiones que toma personalmente o de las que acepta venidas de otros.
Responsable es el que se compromete, hasta las últimas consecuencias, con las decisiones de su libertad.
Es usar la libertad pensando de antemano lo que pueda sobrevenir. Es pensar antes de actuar y atenerse a lo que suceda. Es responder de los propios actos.
Todo esto se puede resumir en estas palabras:
"Pensar" antes de actuar.
"Prever" las consecuencias.
"Decidir" libremente.
"Comprometerse" con lo decidido.
"Responder".
La responsabilidad modera las fluctuaciones de la libertad. La persona responsable decide teniendo en cuenta el deber; la irresponsable, en cambio, decide a impulsos de lo que le apetece o le disgusta. El primero usa la cabeza; el segundo los instintos.
El responsable da respuesta de sus actos. ¿Ante quién?
Ante su propia conciencia. Ante sus padres, hermanos, amigos, compañeros. Ante su profesor. Ante las autoridades. Ante la sociedad. Ante Dios, si es creyente. Según cada caso.
Ya tienes las ideas claras; pero ¿quieres educarte en la responsabilidad?
Ejercítate frecuentemente en:
* Pensar, antes de actuar, las consecuencias.
* Consultar las decisiones a tomar con quien debes.
* Pedir consejo a las personas competentes.
* Cumplir los encargos y dar cuenta de ellos.
* No culpar a los demás de lo que tú has hecho mal.
* Ser valiente para reconocer tus fallos ante quien debes.
* Rectificar inmediatamente los actos mal hechos.
* Reparar los daños que hayas causado.
Actúa siempre así y, sin darte cuenta, irás avanzando en Responsabilidad. Es virtud fundamental en la personalidad de cualquier hombre o mujer. El irresponsable es el que o no piensa o no prevé o no decide o no se compromete o no responde. Puede ser todo a la vez. ¡Una desgracia!
1.- El Ordenador no puede ser responsable porque:
2.- Una persona es responsable cuando:
3.- No es responsable el:
4.- La persona responsable:
5.- Se mejora en responsabilidad cuando:
6.- La persona puede progresar en responsabilidad porque:
7.- Una de estas características no es de responsabilidad:
8.- La responsabilidad hace de moderador en:
9.- Se dice que el irresponsable usa:
10.- No se gana en responsabilidad cuando: